Cada
vez más aparecen nuevos casos de acoso ejercido por la expareja de la persona
acosada, para que ésta vuelva con él o ella, o por alguien que no ha
tenido una relación sentimental con la víctima, pero quiere llegar a salir con
él/ella a través de la presión, llegándose a obsesionar. A esto se le
llama stalking, que significa acecho, es una forma de acoso
que se caracteriza por la permanente vigilancia y control a la víctima. El
acosador no acepto un no por respuesta y persiste en su plan persiguiendo de
forma obsesiva a su víctima, agobiándola con continuas llamadas, llegando a
amenazas violentas sino consigue lo que quiere.
La pena prevista para el culpable, puede ser, o multa o prisión de tres meses a dos años. La propia ley enumera las conductas que se consideran acoso, entre las que se encuentran: vigila, perseguir o buscar la cercanía física de la víctima, a través de video vigilancia, establecer contacto a través de cualquier medio de comunicación o por medio de terceras personas, como llamadas de teléfono, mensajes de whatssap, etc. Una definición más exacta de "stalking" sería: persona que comete dicho delito sin estar autorizado, acosando de manera insistente y reiterada a su víctima de manera que consiga alterar gravemente su vida cotidiana.
La justificación del acosador de "enamoramiento" no puede beneficiarlo para obtener una rebaja de la condena, porque quien actúa así debería entender la negativa de quién quiere que sea su pareja o de su expareja y su libertad de decisión.
Un
caso reciente es el de una joven que era atosigada con mensajes y grupos de
whatssap por su expareja que no asumió que su relación sentimental con ella
había terminado. El acosador le mandaba flores al trabajo, le enviaba músicos
para cantarles serenatas, incluso llegó a entrar a su casa, consiguiendo que el
padre de la chica le invitara a cenar, pues este no sabía que la relación
estaba rota desde hace meses.
La chica se enteró de la cena el día siguiente, por su propio exnovio quién le escribió un mensaje que decía: "anoche estuve en tu casa cenando con tu padre, mientras dormías; me habría gustado subir y darte un beso".
Casos como este, deberían servir de alerta a los jóvenes, para que ante conductas de este tipo tomen represalias para que no les llegue a afectar psicológicamente o incluso termine convirtiéndose en un caso de violencia de género.
Actualmente con las nuevas tecnologías existe un mayor control entre las parejas, sin que estas se enteren, entrando a sus redes, viendo sus correos electrónicos o incluso los mensajes de whatssap, lo cuál supone una invasión de la intimidad. Aquí os dejo un vídeo que de seguro que a todos los jóvenes nos resulta familiar:
